Reconociendo a: Aseo y Ornato, un área clave para el funcionamiento del HCSBA

  • Más de 100 personas trabajan como encargados de mantener el orden y la limpieza en las áreas que están dentro del terreno del hospital y las que están afuera, tales como el Consultorio N°1, Centro Comunitario Carol Urzúa o dependencias de Cenabast y Fonasa. Su labor es fundamental para que podamos recibir día a día a la comunidad usuaria y funcionaria.

Para que un hospital funcione de manera correcta y pueda entregar una adecuada atención, se necesita del trabajo en equipo de una serie de unidades tanto clínicas como no clínicas. Sin muchas de ellas, un establecimiento de salud ni siquiera podría abrir sus puertas. Una de éstas es la Unidad de Aseo y Ornato del Hospital Clínico San Borja Arriarán (HCSBA).

Se trata de un equipo compuesto por más de 100 personas, entre funcionarios internos (dedicados a la limpieza de las áreas clínicas) y de trabajadores de empresa externa (encargados, principalmente, de las áreas administrativas) que prestan servicio a nuestro hospital y que son liderados por cinco personas.

Esta labor debe realizarse en las áreas que están dentro del terreno del hospital y las que están afuera, tales como el Consultorio N°1, Centro Comunitario Carol Urzúa o dependencias de Cenabast y Fonasa que estamos usando momentáneamente.

«Nos preocupamos de mantener la limpieza, el orden y los aseos terminales. Cuando se habilita un servicio tenemos que limpiarlo, hacer traslados o cambios. A grandes rasgos, nosotros movemos todo el hospital», explicó Jennifer Lachitt, jefa de la Unidad de Aseo y Ornato.

En un principio el equipo operativo de la unidad estaba compuesto por dos funcionarias: Jennifer Lachitt (actual jefa) y Carolina Soto (actual supervisora de Aseo y Ornato), pero durante este año se sumó Nicolás Araya (coordinador de Traslado), Ángel Maureira (coordinador de Aseo y Ornato) y Jonathan Araya (encargado de la bodega). «Nos dimos cuenta que necesitábamos más apoyo. El hospital está muy diferente a como era antes, se nos hizo poco el tiempo y no dimos abasto solamente las dos. Ahora, hemos funcionado súper bien y hemos mejorado mucho», aseguró Jennifer.

El trabajo en la unidad

Esta unidad tiene a cargo una serie de procesos para que el hospital esté pulcro, como la limpieza de todos los pasillos, baños, salas, oficinas, pabellones, muros, ascensores, canaletas, techos, entre otros, además, del retiro de carteles y escombros. Cada solicitud e información es recibida por Jennifer Lachitt, quien, dependiendo de lo que sea, va derivando a su equipo.

En caso de necesitar aseos, Carolina Soto y Ángel Maureira son los que deben estar presentes y realizar las inspecciones en las áreas clínicas (siguiendo los protocolos de la Unidad de Prevención y Control de Infecciones Asociadas a la Atención de Salud, UPC-IAAS), o coordinar con los supervisores de la empresa externa para el sector administrativo. Si se requiere entregar insumos y materiales, es responsabilidad de Jonathan Araya. Y, en caso de que se solicite el traslado de muebles para habilitar espacios o modulares, Nicolás Araya es quien debe coordinarse con los funcionarios de la empresa.

Si bien cuentan con rutinas de limpieza establecidas y programadas por calendario -sobre todo los fines de semana que se realizan entre 25 a 30 aseos terminales-, día a día empiezan a trabajar cerca de las 7:30 horas. Desde ese momento, realizan las primeras coordinaciones para que los funcionarios vayan a los diferentes pisos de la torre y a otros sectores del hospital.

Durante la mañana, según explicó Ángel Maureira, deben estar atentos por «si falta algo. En caso de que nos llamen, tenemos que estar pendientes. Pasamos piso por piso revisando si están los muchachos y si necesitan ayuda o algo. Damos vuelta a la torre y después los modulares. Así es el transcurso de las mañanas y en las tardes hay que estar atentos a lo que vaya saliendo y lo que vayan pidiendo». Antes de ser coordinador, Ángel trabajaba haciendo aseos clínicos en nuestro hospital, por lo que ahora puede ir compartiendo toda su experiencia con los demás funcionarios.

También deben preocuparse de que los pasillos de los diferentes pisos estén desocupados, trasladar muebles y habilitar modulares. Sumado a esto, se debe coordinar el transporte de elementos desde una bodega que el hospital tiene subcontratada y que almacena muebles y documentación. Ahí entra el equipo de Nicolás compuesto por cinco personas.

«La dinámica del día a día me gusta. Me dan ganas de venir al trabajo y de hacerlo bien, porque sé que en algún momento me van a decir ‘te quedó bien hecho el trabajo, felicitaciones’. Me gusta hacer mi trabajo, cómo aprendo cosas nuevas. Estoy agradecido de las jefas que me ayudan, me orientan, me van dando fuerza», indicó Nicolás, quien llegó en febrero al HCSBA.

Pese a que el trabajo está muy organizado, puede ser cambiante por las contingencias de lluvias, inundaciones o cortes. Uno de los casos más complejos fue el incendio, donde debieron trabajar día y noche con la empresa externa para habilitar el hospital en marzo de 2021.

«Un lunes, el director me dice ‘Jenny, el hospital lo abro el jueves’. Trabajamos día y noche esos cuatro días para abrir el hospital desde el 8° piso hasta el -1», recordó Jennifer. Tras un enorme esfuerzo y trabajo en equipo entre varias personas, agregó que «nosotros abrimos el hospital. Fue un desafío de cuatro días y fuimos súper victoriosas. Nos sentíamos súper bien, porque el director llegó a las 6:45 horas y teníamos el hospital impecable. Todo lo que él pidió estaba». 

¿Y si no existiera esta unidad?

«El hospital no funcionaría (…) Yo creo que el hospital colapsaría sin una Unidad de Aseo», aseguró Jennifer. La limpieza, además, tiene un impacto gigante para la comunidad funcionaria y usuaria, ya que entrega seguridad, confianza y previene enfermedades, aunque a veces, según indican, es una labor mal vista.

«Es poco valorado, pero tiene una alta importancia, más de la que le toman», señaló Carolina Soto. A esto, Nicolás complementó que «es un trabajo muy mal mirado, solamente por ser la palabra aseo, pero si está sucio, reclaman».

Desde que están al mando, ambas jefaturas han estado inculcando su estilo de trabajo con los nuevos funcionarios, el cual está relacionado a hacerlo «a conciencia. Saber que es muy importante tener limpio un servicio para el paciente y las personas que vienen a verlos. Hemos entregado nuestro conocimiento», señaló Jennifer. «Si mi mamá o mi hija estuvieran acá, me gustaría que estuvieran en un ambiente limpio. Si yo fuera a visitar a algún familiar y encontrara sucio, no me gustaría y no me daría la confianza de que mis parientes estén ahí», añadió Carolina.

El trabajo en equipo y el respeto

«Para que esto funcione, siempre trabajamos en conjunto y en equipo. No sólo a nivel interno, sino en el externo también», mencionó Carolina. Siempre deben estar coordinados con Mantención, Gases Clínicos, Calderas, REAS, áreas clínicas, entre otros.

Además, es clave realizar esta labor siguiendo las medidas de autocuidado. De hecho, gracias a ellas, en el periodo de pandemia sólo tuvieron 5 contagios en el equipo.

Dentro de las metas del equipo, está el seguir mejorando el trabajo de la unidad, tal como lo han hecho durante los últimos meses. «De los reclamos que teníamos antes, hemos disminuido mucho. Que yo recuerde, no hemos tenido ningún servicio cerrado por brote», complementó Jennifer. A esto, Ángel añadió que «a uno le da gusto ver que va mejorando la estructura del hospital, tanto por fuera como por dentro».