Hipertensión arterial: el mal silencioso que puede mantener bajo control

Las enfermedades cardiovasculares son una de las principales causas de muerte en nuestro país y, por esa razón, mantener controlados los factores de riesgo es muy importante.

Según explica Jessica Manríquez, enfermera de la Unidad Cardiovascular del Hospital Clínico San Borja Arriarán (HCSBA), la hipertensión arterial es una enfermedad crónica que consiste en el aumento de la presión arterial y que, si no es controlada adecuadamente, puede generar graves complicaciones de salud, como infarto al miocardio, hemorragia o trombosis cerebral, entre otras.

Manríquez, quien señala que la mayoría de la población adulta padece este problema, asegura que la enfermedad está relacionada “con múltiples factores de riesgo que están vinculados con los hábitos de vida actuales”. La profesional sostiene que los efectos de la hipertensión arterial son variados y afectan a diversos órganos del cuerpo.

“Uno de los órganos afectados puede ser el corazón, el que por efecto de la hipertensión arterial debe realizar un mayor trabajo, pudiendo aumentar el tamaño de sus paredes y necesitando más aporte de oxígeno. Cuando las arterias no son capaces de aportar este oxígeno al corazón porque las arterias están ‘tapadas’ por la acumulación de colesterol, se puede producir dolor o infarto al corazón”, relata la especialista.

Además, explica, “se puede producir insuficiencia renal, infartos o hemorragias cerebrales e incluso daño ocular, pues se afectan los pequeños vasos de la retina”.

Enemigo silencioso

Uno de los principales peligros de esta enfermedad, según la enfermera Jessica Manríquez, es que “se trata de un mal silencioso, que muchas veces puede no presentar síntomas. Cuando los presenta, los más comunes son dolor de cabeza, mareos, trastornos visuales, sangrado nasal, palpitación en la cabeza o el pecho y dificultad respiratoria”.

Según detalla la profesional, existen una serie de factores de riesgo que no son modificables, “como los antecedentes familiares, la edad, el género, la raza y otras enfermedades que pueden explicar el origen de esta patología”. Sin embargo, agrega que también hay una serie de factores que sí pueden ser modificados por las personas que padecen hipertensión arterial: “la obesidad, el sedentarismo, el consumo de tabaco y alcohol, el uso elevado de sal en las comidas y el estrés pueden ser controlados para mantener esta enfermedad a raya”.

¿Qué puede hacer?

Para mantener esta enfermedad controlada, la especialista recomienda mantener hábitos de vida saludables: “Es importante, por ejemplo, tener el peso adecuado, pues a medida que aumenta el peso, se elevan las cifras de presión arterial”, puntualiza.

Para ello, es fundamental “evitar los alimentos ricos en sal y grasas, como las papas fritas, la comida rápida, los embutidos, los quesos grasos, entre otros; además, se debe reducir el consumo excesivo de café, de alcohol y de tabaco, y evitar el colesterol y la grasa animal; practicar ejercicio físico de manera regular es muy bueno, porque lo ayudará a bajar de peso y a controlar la presión arterial”.