Día Mundial contra la Hepatitis: ¿Qué es, cuáles son sus síntomas y cómo podemos prevenirla?
La doctora Macarena Larraín, gastroenteróloga del Hospital Clínico San Borja Arriarán (HCSBA), remarcó en la importancia de realizarse chequeos anuales y mantener una buena alimentación, higiene y prevención de enfermedades de transmisión sexual.
Todos los 28 de julio, se conmemora el Día Mundial contra la Hepatitis. La fecha busca concientizar, comprender esta patología y sus riesgos asociados a la salud. Por eso, conversamos con la doctora Macarena Larraín, gastroenteróloga del Servicio de Gastroenterología Adulto del Hospital Clínico San Borja Arriarán (HCSBA) sobre qué es la hepatitis, los tipos que existen, sus síntomas, cómo prevenirla y algunas recomendaciones para cuidar el hígado.
Para comenzar, la Dra. Macarena Larraín explicó que la hepatitis es una inflamación del hígado, que se detecta a través de un perfil hepático que sale alterado y puede ser causada por diferentes motivos. “Entre los principales, puede ser de origen viral, el excesivo consumo de alcohol, fármacos y/o una enfermedad autoinmune”, agregó la especialista.
¿Qué tipos de hepatitis existen y cuáles son sus síntomas?
Dentro de la hepatitis, las más conocidas son las virales, que pueden ser por los virus A, B, C, D y E. “Algunas de estas se transmiten por vía sanguínea, también por relaciones sexuales, por los alimentos, vía fecal-oral. Otras son producto de desórdenes del sistema inmune como la hepatitis autoinmune y las demás por la ingesta de alcohol o medicamentos”, manifestó la Dra. Larraín.
Muchas veces, la hepatitis puede ser asintomática y se descubre al realizar un perfil hepático. Otras veces, se manifiesta con ictericia, “ donde se observa la piel y las mucosas amarillas, y eso se produce por elevación de la bilirrubina en la sangre. También algunos de los síntomas pueden ser náuseas, fatiga, dolor abdominal inespecífico o presentarse a través de la orina de color oscuro”, remarcó la doctora del HCSBA.
¿Cómo podemos prevenirla?
Para su prevención y detección temprana, la especialista aconsejó realizarse un chequeo anual que contenga el análisis de perfil hepático y anticuerpos para las hepatitis B y C en personas con factores de riesgo, señaló la doctora.
Además, otras formas de prevenir, es el uso de preservativos para evitar el contagio a través de transmisión sexual de las hepatitis B y C. También, es importante la higiene en la manipulación de alimentos para prevenir las hepatitis A y E, que se transmiten por beber o consumir comida contaminada.
En esta misma línea, la doctora recomendó “ojalá no consumir alcohol, ya que los últimos estudios han visto que ninguna dosis de alcohol es segura para el organismo”. También aconsejó llevar una dieta equilibrada, baja grasas y consumir bastantes frutas y verduras.
Tratamiento específico para cada tipo de hepatitis
Existen tratamientos determinados para cada tipo de hepatitis. Por ejemplo, la doctora relató que el tratamiento de la hepatitis C ha evolucionado en los últimos 10 años. “Ahora tenemos antivirales sumamente efectivos y con mínimos efectos adversos, lo que antes no teníamos”, agregó.
En tanto, en el caso de la hepatitis B el tratamiento es a largo plazo. “No se llega muchas veces a una curación de la hepatitis B, pero sí necesita seguimiento y puede compensarse. Mientras tanto, las A y E la mayoría de las veces se resuelven de manera espontánea”, añadió.
Es decir, la persona puede requerir reposo, hidratación, alimentación saludable y con eso las hepatitis suelen mejorar. “Otras hepatitis, las autoinmunes, por ejemplo, requieren inmunosupresores también a largo plazo”, mencionó la doctora.
¿El hígado se puede recuperar?
Finalmente, la dra. Macarena Larraín sostuvo que algunas de estas patologías tienen un curso benigno, como la hepatitis A, donde “la persona se mejora espontáneamente después de unas semanas”. Sin embargo, “otras hepatitis que, si no se detectan a tiempo, pueden provocar a largo plazo cirrosis, hepatocarcinoma (cáncer de hígado) y también podrían producir una insuficiencia hepática aguda, que puede incluso requerir hasta un trasplante hepático”.