Reconociendo a: Banco de Sangre, los encargados de las donaciones que salvan vidas

  • El equipo debe buscar y fidelizar donantes, recolectar la sangre, estudiarla, fraccionarla, almacenarla, despacharla, vigilar el proceso de transfusión y hacer la trazabilidad. Además, cumplen un rol educativo al acercar la donación, realizar promoción de su importancia y desmentir mitos.

Varios de los pacientes que se hospitalizan por algún accidente, enfermedad, procedimiento o cirugía necesitan transfusiones de sangre para reemplazar la que podrían haber perdido. Pero antes de que llegue a ellos, recorre un importante camino que está supervisado en todo momento por el equipo de Banco de Sangre -o Servicio de Medicina Transfusional- del Hospital Clínico San Borja Arriarán (HCSBA).

La Dra. Doris Vera, directora técnico del Servicio de Medicina Transfusional, explicó que cumplen una labor fundamental, ya que «aportan los productos sanguíneos que son vitales, y que sólo se consiguen de donantes voluntarios altruistas que se lo ofrecen a una tercera persona para salvarle la vida».


Es un equipo compuesto por 22 funcionarios -del área de medicina, tecnología médica, técnicos de laboratorio clínico y banco de sangre, auxiliares y administrativos- que está a cargo de todos los procesos: buscar y fidelizar donantes, recolectar la sangre, estudiarla, fraccionarla, almacenarla, despacharla, vigilar el proceso de transfusión y hacer la trazabilidad. Además, cumplen un rol educativo al acercar la donación, realizar promoción de su importancia y desmentir mitos.

Como no se puede fabricar y sólo se obtiene de donaciones altruistas, el equipo está constantemente innovando y buscando nuevos aliados para obtenerla. Para esto, organizan instancias para conseguir donantes como colectas móviles en nuestro hospital o en instituciones educacionales, comerciales o empresas. Se suma el aporte sanguíneo de los familiares o redes de apoyo que se le pide a los usuarios antes de hospitalizarse y también hay un importante colaborador: el funcionario del HCSBA que quiere ayudar a sus pacientes.

«No es sólo atender a los donantes, sino que también acercamos la donación a las personas. A veces es complicado que vengan y eso las aleja del proceso. Entonces nosotros tratamos de acercarlo, ya sea con redes sociales, haciendo promoción de la donación, hablando con los tutores de los pacientes que requieren sangre, llevando la donación hacia ellos o yendo a universidades, institutos, empresas”, explicó Karla Riveros, tecnóloga médica de la sección de Inmunohematología del Banco de Sangre.

El proceso de la sangre

El equipo está dividido en áreas para realizar cada uno de los procesos por los que debe pasar la sangre. Para la captación de donantes, está la encargada de Colectas, que debe buscar y organizar las actividades para encontrar voluntarios fuera de nuestro hospital.

Cuando vienen a donar al HCSBA, los usuarios se relacionan con los funcionarios que están en la zona de Donantes, quienes atienden a las personas agendadas y les realizan una encuesta para conocer sus antecedentes médicos y saber si cumplen con los requisitos.

«Esas dos áreas son las que recolectan o captan los donantes», explicó Catherine Reinoso, tecnóloga médica coordinadora del Banco de Sangre.
Cuando cumple con todos los requisitos para donar, el paciente pasa a la zona de Flebotomía (donde se produce la extracción de sangre) o a la de Aféresis (máquina especial que es capaz de sacar sólo un componente de la sangre). Tras esto, se obtiene la materia prima, es decir, una bolsa de sangre.

Pero antes de ser transfundida, debe pasar por importantes filtros y estudios para ser convertida en un producto terapéutico seguro para quien la reciba. «Cuando ya tenemos la bolsa de sangre pasa a dos procesos importantes: los estudios inmunohematológicos y microbiológicos, para analizar los grupos, detección de anticuerpos y para estudios serológicos de VIH, hepatitis B y hepatitis C. Es lo que nos pide el Ministerio de Salud para tener la sangre lo más segura posible», añadió Catherine Reinoso.

También debe pasar por el área de Producción, que es donde se filtra y fracciona la sangre en diferentes unidades, según lo que se requiera. Aquí trabaja como encargado el tecnólogo médico Gustavo González, quien explicó que su función es transformar la sangre total extraída, en un componente sanguíneo que sirva para el tratamiento de otro paciente.

«La transformación requiere de procesos de centrifugación y fraccionamiento para separar la sangre en los diferentes componentes», explicó Gustavo. Esto cobra relevancia porque cada componente sanguíneo por separado tiene sus propias indicaciones transfusionales, lo que va dependiendo de lo que necesite el paciente, su patología de base o la razón por la cual debe hacerse la transfusión. «Generamos un componente de alta calidad para que la transfusión sea lo más beneficiosa para el paciente», añadió.

«Una vez que se validó por todas partes y tenemos la certeza de que es lo más seguro que podemos entregar, recién se transfunde a las personas que lo necesitan», explicó la Dra. Vera.

Al tener todos los análisis, se etiqueta según las normas ministeriales. Todos los productos quedan con dos códigos de barra: uno identifica al donante y otro a la transfusión. Esos datos se juntan en el sistema computacional y se convierte en la trazabilidad de todo el camino que hace el donante desde que llegó hasta que su sangre fue transfundida.

Luego, se distribuye a la Unidad de Medicina Transfusional (UMT). En ella trabaja una dupla de tecnólogo médico y técnico -en tercer turno- quienes de manera diaria deben realizar un reporte al equipo para que conozcan lo que ha pasado. Además, almacenan los componentes sanguíneos y los despachan cuando un servicio solicita una transfusión.


Cuando llegan estas solicitudes, el tecnólogo médico debe analizar el historial del paciente para saber si tiene la detección de anticuerpos, junto con realizar la prueba de compatibilidad (examen cruzado entre el plasma del paciente y el glóbulo rojo del donante).

Con estos resultados, se realiza finalmente el despacho transfusional. Para esto, el técnico va a la sala donde se encuentre el paciente y le entrega el producto al personal de enfermería o matronería que esté a cargo. Pero antes de realizar la transfusión, el funcionario controla al paciente para corroborar que es compatible con el contenido de la bolsa. Si es compatible, el personal de enfermería o matronería instala la vía, mientras que Banco de Sangre vigila el proceso por 10 minutos para ver si hay alguna reacción adversa.

Sumado a esto, el servicio también está a cargo de realizar aféresis terapéuticas, las cuales sirven en caso de enfermedades inmunológicas para disminuir la cantidad de anticuerpos de algún paciente para que así el medicamento le haga efecto.


«El Banco de Sangre está inmerso en varias partes del hospital, no sólo en conseguir los donantes, sino que también en hacer las transfusiones, encontrar la compatibilidad de esas transfusiones, o sea, dar un producto al receptor que sea lo más seguro para él, no sólo por los estudios que se le realizan a la sangre para que sea segura, sino que también para que sea compatible», explicó Karla Riveros.

Sin esta área, el HCSBA prácticamente no podría funcionar. «Por el grado de complejidad de este hospital, es fundamental tener un Banco de Sangre. Porque es un centro derivador y aquí llegan las patología más complicadas» aseguró la Dra. Vera.

Dentro de sus desafíos, desde el Banco de Sangre quieren implementar biología molecular. «Si nosotros llegamos a implementar estas técnicas podríamos aceptar más donantes. La biología molecular tiene un periodo más corto de ventana, con lo que podríamos identificar con mayor precisión y con mayor anticipación si uno de ellos está con VIH, hepatitis B o hepatitis C positivo», explicó Catherine Reinoso.