Reconociendo a: Medio Ambiente y REAS y cómo con su trabajo protegen a nuestra comunidad
- Día a día los funcionarios realizan una serie de labores que, pese a no ser clínicas, cumplen con una importante misión dentro de nuestro hospital: cuidar, de manera indirecta, a nuestros pacientes. Dentro de sus funciones se encuentra el manejo de residuos, por lo que deben recorrer tres veces al día todos los servicios clínicos de nuestro hospital para retirar los contenedores y luego entregarlos a los camiones.
Preocuparse de las plantaciones de árboles en nuestro hospital, controlar las plagas, hacer capacitaciones y recorrer diariamente todos los sectores de nuestro establecimiento para retirar los residuos, son parte de las tareas que realizan los funcionarios de la Unidad de Medio Ambiente y REAS (Residuos de Establecimientos de Atención de Salud) del Hospital Clínico San Borja Arriarán (HCSBA).
La unidad está integrada por Adolfo Torrejón, quien hasta julio era el jefe pero durante este mes asumió el mando en Servicios Generales; Sebastián Toledo, actual jefe subrogante; Felipe Vargas, supervisor; y los auxiliares Juan Jaramillo, Luis Martínez y Michel Dumozar. A ellos se suma Julio Funes, quien los apoya durante los fines de semana y cuatro trabajadores de la empresa externa Limchile que hacen turnos: Luis Riquelme, Bryan Correa, Juan Huerta y Manuel Miranda.
Una de las funciones de la unidad es retirar, desde los acopios que hay en los servicios clínicos, los residuos derivados de sangre, patológicos y cortopunzantes (para estos últimos implementaron un sistema de contenedores reutilizables para disminuir el uso de plásticos). A ellos se suman los residuos peligrosos como formalina, alcohol, xilol o citotóxicos. Además, ven la eliminación de fármacos vencidos.
Es muy importante que esta labor se realice con todos los elementos de protección personal necesarios y siguiendo los protocolos establecidos, ya que de esta manera se protege tanto a los funcionarios que realizan estas labores, a los equipos asistenciales y también a nuestros usuarios de exposiciones peligrosas y disminuyen los riesgos de accidente.
El día a día
A las 7:30 horas, los auxiliares empiezan a revisar la bodega de REAS para asegurarse que esté todo en orden y limpio. Luego, comienzan el recorrido por los pisos y otros sectores del hospital para recoger los diferentes tachos con los residuos y llevarlos a la sala de acopio. Este recorrido deben hacerlo tres veces al día: en la mañana, después de almuerzo y en la tarde.
«Yo creo que la unidad REAS como que nadie la ve, pero hace el trabajo sucio del hospital. Si tú das vuelta la pirámide, REAS va a quedar arriba. Si no existiera, no existe el hospital», aseguró Juan Jaramillo, auxiliar de la unidad.
Dependiendo de la contingencia, pueden aumentar los volúmenes de retiro, tal como ocurre en los periodos de Campaña Invierno. Para la pandemia el cambio fue más drástico, ya que «la cantidad de residuos prácticamente se cuadruplicó. A veces los chicos tenían que dar tres vueltas para retirar el mismo espacio», recordó Adolfo Torrejón. De hecho, si faltaba alguno de los auxiliares, Adolfo, Sebastián y Felipe realizaban labores de apoyo en el retiro.
«Fue un cambio radical, porque era otro tipo de mascarilla, otro tipo de implementación, vestimenta, antiparras, guantes. Había que preocuparse más del lavado de manos, del alcohol gel, de todo eso. Con cualquier descuido te podías contaminar y contagiar», recordó Juan Jaramillo.
También debieron habilitar nuevas salas de acopio, porque la principal no daba abasto. De acuerdo a las estadísticas, en 2019 retiraron 114.133 kilos de residuos REAS. Sin embargo, y debido a la pandemia, fue aumentando en los años siguientes, llegando a 169.202 en 2020; 175.304 en 2021 y 184.846 en 2022. En tanto, el año pasado alcanzó una cifra de 184.846 kilos.
El proceso de los residuos
Una vez realizado el retiro de residuos, deben llevar las bolsas rotuladas hasta la sala de acopio para ordenarlas. Ahí las pesan y, dependiendo del tipo de desecho que contienen, las van dejando en las diferentes salas. Una vez realizado el proceso de pesaje, le entregan esta información a Sebastián Toledo o Felipe Vargas para que realicen una declaración a través del sistema de Ventanilla Única, el cual es el registro nacional del Ministerio del Medio Ambiente para todo el manejo de residuos peligrosos.
Esta declaración la deben hacer por cada elemento que se elimine y cada vez que los camiones realizan retiros. «No es como que nosotros tomemos todas las bolsas y digamos que tenemos 300 bolsas y 500 kilos. Tenemos que decir, por ejemplo, que para el camión de residuos especiales estamos eliminando tantos contaminados, tantos cortopunzantes y tantos patológicos. Luego viene otro camión a buscar los residuos peligrosos», explicó Adolfo Torrejón.
Estos antecedentes también son ingresados diariamente a una planilla que lleva Sebastián Toledo, para tener un registro detallado de todo lo que se va eliminando. «A través de las guías que ingreso, recolecto los datos de todos los días y después los transformo a información mensual», explicó Sebastián.
Para lograr un buen descarte de residuos, los funcionarios también realizan capacitaciones de manejo REAS a auxiliares, técnicos y profesionales de los servicios que se lo solicitan. En las charlas explican todo el proceso del residuo: desde que se genera en el servicio, lo que hacen los funcionarios de REAS y cuando el camión se los lleva al lugar de tratamiento.
«En las capacitaciones se indica cómo van los residuos en cada bolsa, qué información tiene que ir en la parte de rotulaciones, cómo amarrarlas y cómo proceder a la eliminación de los residuos. Parte desde la unidad generadora hasta nosotros que vamos a retirar», explicó Sebastián Toledo. En tanto, Adolfo Torrejón complementó que «tratamos de resumir todo el proceso para que tengan claridad de que el manejo de REAS no es como el de la basura de la casa. La ley nos indica que, desde que entregamos, somos responsables hasta su disposición final. Si llega a fallar algo entre medio, nosotros somos responsables».
Además, Adolfo mencionó que «todo lo que hacemos va con el fin del cuidado, aunque sea de manera indirecta, del paciente. Si nosotros no manejamos a raya lo que es el manejo de residuos, se puede generar una urgencia o una emergencia sanitaria. Si no hay una respuesta correcta o hay mal manejo de los residuos, existe la posibilidad de que un usuario o un funcionario se pueda contaminar con esto».
Un trabajo completo
Sin embargo, el retiro de residuos no es la única labor que deben cumplir en la unidad, ya que también están encargados de las podas, talas y plantación de árboles en nuestro hospital.
«Antiguamente la poda se hacía cuando ya se estaban cayendo las ramas. Ahora tenemos mantenciones trimestrales por contrato, las cuales se van realizando para evitar cualquier tipo de incidente», explicó Adolfo Torrejón. Desde que comenzaron los trabajos post incendio, las labores de mantención de áreas verdes que están dentro del terreno de nuestro hospital han cobrado relevancia, ya que el tránsito de usuarios y funcionarios ha aumentado por estas zonas.
Con respecto a las plantaciones de árboles, la unidad ha armado un proyecto en el que incluso han recibido apoyo de la CONAF. «Donaron 40 árboles que los estuvimos plantando en el hospital. Eso a futuro igual va a ser algo bueno», añadió Felipe Vargas. A ellos se suman otros 40 árboles que también han sido plantados en sectores que no serán intervenidos por los trabajos de reconstrucción.
Sumado a esto, están encargados del sistema de manejo de plagas, fumigación, desinsectación y desratización.
Desafíos a futuro
La unidad mantiene una serie de desafíos en el corto y mediano plazo que abarcan varias áreas. Una de las metas principales es que los funcionarios del hospital sepan que la unidad no sólo se encarga de los residuos.
«Un punto importante es que la unidad, a través de las capacitaciones, sea conocida. Que no solamente se les reconozca a los funcionarios que trabajan acá como los de REAS, sino que cambiar la palabra de REAS a Unidad Ambiental. Para eso tenemos que demostrar todo lo demás», aseguró Adolfo.
Los funcionarios también buscan seguir trabajando en la mejora continua de las áreas verdes, lo que incluye: podas, plantaciones de árboles y cambiar el pasto por cubresuelos por su mayor eficiencia en el uso del agua. Sumado a esto, pretenden fortalecer el reciclaje del papel y añadir las tapas plásticas de bebida. Esto cobra relevancia, ya que ayuda a hacerse responsable de parte del impacto ambiental que nuestro hospital genera.
Además, esperan con ansias el nuevo Centro de Diagnóstico y Tratamiento, ya que contempla salas de acopio que antes no existían. «Estos edificios no fueron diseñados para REAS y no hay acopio. Siempre teníamos que andar buscando un espacio, pero en el rediseño viene incluida una sala REAS en todos los pisos y con todas las condiciones» mencionó Felipe Vargas.