Radiación UV: Especialista del HCSBA advierte los daños que puede causar a la piel

Durante la primavera y el verano empieza una mayor radiación UV, siendo noviembre a enero los meses donde la radiación ultravioleta alcanza sus niveles máximos. A esto se debe la importancia de cuidarse del sol y, si se va a estar expuesto a los rayos solares, utilizar protección.

Según indica el Dr. Javier Arellano, jefe de Dermatología del Hospital Clínico San Borja Arriarán, entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde hay que evitar exponerse a la radiación UV, sobre todo si no hay protección. “Es importante evitar exponerse al sol, ya que éste puede causar manchas, arrugas, lunares, hasta cáncer de piel “, señala el profesional.

Asimismo, el Dr. Arellano indica que se debe estar alerta a ciertos signos de nuestra piel, como, por ejemplo, la aparición de lunares y manchas, ya que éstas están relacionadas con la exposición al sol que ha tenido el paciente. “Después de los 30 años más o menos uno empieza envejecer y ahí aparece todo el daño solar acumulado en el tiempo: las arrugas, la piel más amarilla”, sostiene el especialista.

“Antes nadie se cuidaba del sol y ahora estamos viendo pacientes de 40 años con cánceres que debieran aparecer después de los 60”, sostiene el jefe de Dermatología del Hospital Clínico San Borja Arriarán.

En esa línea, el profesional explica que, ante la presencia de lunares, siempre hay que estar atentos al ABCDE de la prevención:

“A” por Asimetría: Si se encuentra un lunar atípico, se puede hacer el siguiente ejercicio: dividirlo en cuatro partes iguales. Si hay una que es diferente, hay que poner atención en eso, pues puede ser indicio de alguna anomalía en la piel.

“B” por Bordes: Esto significa que todos tienen que ser regulares, lo que se puede medir con un aparato llamado dermatoscopio. Si tiene un lunar donde sus bordes no son todos iguales, la recomendación es ir al especialista.

“C” por color: Si un lunar tiene más de tres colores puede que sea un indicio de cáncer de piel. Por ello, si se observa, por ejemplo, un lunar que tenga tonos rojos, azules y blanco, es recomendable ir a un especialista.

“D” por Diámetro: Si un lunar mide más de seis milímetros de diámetro, hay que poner atención, pues también es una característica sospechosa de algún mal a piel.

“E” por Evolución: Esto significa que hay que estar constantemente observando nuestros lunares, ya que si cambia su forma de manera repentina, hay que evaluarlo con el dermatólogo.