Depto. de Comunicaciones HCSBA - Septiembre 2018
Semblanza Dr. Enrique Álvarez Lira
El deceso del Dr. Enrique Álvarez Lira (QEPD), ha producido un profundo impacto y pesar en nuestro Hospital Clínico San Borja Arriarán, ámbito pediátrico nacional y en la nefrología infantil de nuestro país. Admirable colega y entrañable amigo, reconocido por sus profundos valores humanos, compromiso y espíritu docente. Lamentamos su pérdida y prematura partida. Nacido en la comuna de Chanco, provincia de Cauquenes, Región del Maule. Pronto se distinguiría por su aplicación al estudio y su carácter serio y responsable. Su padre, farmacéutico de la comuna, se sentía orgulloso del rumbo tomado por Enrique, uno de sus tres hijos, quien terminado sus estudios de humanidades seguiría la carrera de Medicina en la Universidad de Concepción. Le acompañaría también en esta universidad su futura compañera, Mariel (María Elena), hija de profesores normalistas que también trabajaban en Chanco.

Terminados sus estudios de Medicina, partió como médico General de zona a Lanco (en mapudungun, aguas detenidas), comuna de la provincia de Valdivia, Región de Los Ríos, donde también rápidamente logró el aprecio y reconocimiento de sus habitantes. Transcurridos cinco años, en 1975, iniciaría su beca en el Hospital Manuel Arriarán, junto a sus compañeros y amigos Carlos Barría B, médico general de zona en Rosario lo Solís; Miguel Ferrari A. en Cauquenes; Hernán Sepúlveda V. en Ovalle; Patricio Aránguiz Z., en Vallenar y Francisco Barrera Q., en Calbuco. Contribuyó a la formación de un excelente grupo de becados, destacando nuevamente por sus valiosas condiciones humanas y dedicación al estudio.

En 1978, a fines de su periodo de beca, el Dr. Alejandro Maccioni S., a la sazón Jefe de Servicio de Pediatría del Hospital Manuel Arriarán, lo entusiasmó con la importancia de la fisiopatología y clínica de los trastornos hidro-electrolíticos y ácido-base y al mismo tiempo con la Nefrología infantil. Especialidad iniciada en dicho hospital a comienzos de la década de 1960, por los Drs. Marcial Silva y Raúl Díaz. Algunos años después (1967), se incorpora el Dr. Bernardo Valdés y muy luego la Dra. Inés Bravo, recién llegada de Francia. En otros hospitales, la naciente especialidad contaría con el entusiasmo y empuje de los Drs. Federico Puga en el Luis Calvo Mackenna, Colomba Norero y Carmen Velasco en el San Juan de Dios, Edda Lagomarsino en la Universidad Católica, Patricio Donoso L. en el Exequiel González Cortés y Fortunato Bozzo en el Roberto del Río. Existía y aún permanece estrecho contacto entre estos especialistas y generoso apoyo de los nefrólogos de adultos.

Había tanto que hacer y tan poco tiempo para lograr el desarrollo de la especialidad. Se vislumbraban cambios en la patología nefrológica infantil, presumiendo la disminución de la Glomerulonefritis aguda post estreptocócica y el descubrimiento de la nueva patología nefrológica, ya frecuente en los países desarrollados. Apoyados y estimulados en sus inicios por el Dr Alejandro Maccioni S., jefe de servicio, el Dr. Guillermo Murray, experto patólogo de la Universidad de Chile, el Dr. Fernando Monckeberg B., del Hospital M. Arriarán y luego del INTA y Francisco Beas F., de la Universidad de Chile. En 1977, se logra dos cargos para Nefrología infantil, integrándose la Dra. Carmen Alvarado G. y Nicolás González T., quien pronto sería llamado a desempeñar funciones superiores, siendo reemplazado por el Dr Enrique Alvarez L. Contribuye en esta etapa inicial el Dr Jorge Wimberger, académico de la Universidad de Chile. Durante dos años (1982 - 1983) se pudo contar con el Dr. Roberto Jodorkorsky, nefrólogo infantil formado en EEUU y el año 1985 se incorpora el Dr. Francisco Cano Sch., con una gran capacidad de trabajo, estudio y espíritu crítico, lamentando su pronta partida al Hospital Luis Calvo Mackenna. Y, a fines de la década de 1980 la Dra. Laura García de Cortázar, de raíces vascas, contribuyendo con su simpatía a refrescar el grupo de trabajo. A inicios de 1990, un joven becado, Jean Grandy H., proveniente de Arica y profundamente enamorado de los riñones mantuvo el aire fresco nefrológico, aunque también prematuramente emigró al Hospital Exequiel González Cortés. Ya en época más reciente se integra la Dra. Carolina Pacheco M., culminando su proceso de formación en la especialidad.

El Dr. E. Alvarez Lira participó precozmente en la creación y desarrollo de la Unidad de Tratamiento Intensivo Pediátrico del HCSBA, siendo uno de sus residentes hasta acogerse a la liberación de turno de noche.

Preocupado por el desarrollo de la especialidad en nuestro hospital, impulsó el mejor estudio del paciente nefrológico infantil, su histopatología a través de biopsia con microscopía de luz y electrónica, la optimización de su manejo y calidad de vida, los procedimientos de diálisis hospitalaria y ambulatoria, aguda y crónica.

Puso su mayor interés en apoyar toda iniciativa en beneficio del servicio clínico y departamento de Pediatría de la Universidad de Chile. Contribuyó siempre y generosamente en la formación de becados del HCSBA y posteriormente del Hospital Luis Calvo Mackenna. Apoyó permanentemente las reuniones clínicas, el Curso de extensión en Pediatría ambulatoria, las Guías de Práctica Clínica en Pediatría del Hospital Clínico San Borja Arriarán, en sus 8 ediciones, el Boletín del servicio y Departamento de Pediatría, el libro "Origen, Memorias y Vivencias del Hospital Manuel Arriarán Barros". Tuvo destacada participación en las diversas actividades de la rama de Nefrología infantil de la Sociedad Chilena de Pediatría.

Sin embargo sus mejores esfuerzos los realizó en el trabajo docente con los becados de Pediatría y Nefrología, quienes reconocieron en él a un docente con un alto grado de compromiso y profundos valores humanos.

Una tarde de junio, me llamó por teléfono, informándome que estaba hospitalizado ya hacía una semana. Suspendí la consulta y de inmediato me fui a verlo a la clínica. Me contó con una mirada triste el deterioro de su salud y me solicitó encarecidamente mantener su hospitalización en carácter confidencial y de reserva, a lo que yo accedí, dado el tono de súplica de su solicitud. Pude conversar con su esposa Mariel, su hijo Pablo y su nuera Marcela quienes me hicieron la misma petición. Antes de retirarme, me reiteró su solicitud y la de su familia, a lo cual respondí que guardaría absoluta reserva. Me despedí con una profunda, cariñosa y cálida última mirada de él y su familia, comprendiendo que Enrique estaba en las manos de Dios.

Luego de una exitosa intervención al colon, nos empeñamos con el Dr. Francisco Prado A., en lograr el alta transitoria a su casa y con su familia. Sin embargo su condición de salud no lo permitió. La falla multisistémica pudo más que los esfuerzos médicos y de enfermería. Una tranquila tarde de jueves del mes de julio, Enrique partió silenciosamente en la compañía de sus seres más queridos.

Visión de sus becados, postbecados y nefrólogos

En recuerdo de un Maestro de la vida

Es difícil encontrar las palabras precisas para homenajear en plenitud a un gran Maestro… Podríamos comenzar pensando en ¿qué es ser un buen docente?, ¿qué aspiramos encontrar, admirar e imitar de nuestros mentores?

Probablemente un profesional altamente capacitado, pero sobre todo una persona con valores y principios consistentes, consecuentes y empático. No sólo basta saber explicar, sino saber motivar y comprometer al alumnado con diversos temas.

Buscamos encontrar en los docentes un ejemplo a seguir en lo humano y profesional, alguien con un sentido de responsabilidad, de compromiso con sus pacientes y alumnos, de innovación con su quehacer diario, perseverancia en sus metas. Que inspire un profundo respeto y a la vez la más cálida simpatía.

Todas esas cualidades las reunía el Doctor Enrique Álvarez, para los becados y post becados, el famoso y querido "Doctorcito Álvarez". Un hombre lleno de ternura, empatía, enormes conocimientos pero sobre todo de humildad y de humor. Un médico con un manejo exquisito de la nefrología y de la pediatría en general. ¡Qué afortunados quienes pudimos compartir con él, aprender de él, escuchar de él!

Un pediatra que inspiraba confianza y seguridad a sus pacientes, becados y colegas, no había problema en preguntarle duda alguna, capaz de transformar lo más complejo en lo más simple y comprensible.

Fue un docente que entró en nuestra formación en el módulo de Nefrología, en específico como alma y estrella del temido módulo de Hidrosalino. A poco andar bajo su alero ya eran más comprensibles la carga de soluto, las hipernatremias, las tubulopatías, el agua libre, entre otras. Siempre atento y dispuesto a responder nuestras consultas sobre distintos casos, incluso en horario no hábil. Un ejemplo de una solución balanceada de valores y conocimientos a lo cual debemos aspirar.

Quisiéramos compartir algunas reflexiones y pensamientos hacia el Dr. Álvarez Lira:

“La vida me permitió conocerlo y compartir muchos años de mi formación tanto de pediatra como de nefróloga infantil. Gracias a él logre enamorarme de la nefrología y ver la necesidad de sub especializarme en ella. Su forma de enseñar… inigualable, con una claridad para transmitir los conceptos más difíciles, siempre con un cariño especial con sus becados, conociendo la vida de cada uno de nosotros, preocupado por cada detalle, de nuestro bienestar, de nuestras familias, de que nos sintiéramos bien. No hay que negar el alto nivel de exigencia académica para lograr los objetivos, pero de tan buena forma que no importaba el cansancio. Siempre un refuerzo positivo, una gran persona, un maestro de los pocos que logran dejar huella en sus alumnos”. (Dra. Carolina Sugg, nefróloga infantil)

“Más que un profesional ejemplar, una persona excepcional. Dejando atrás la tristeza de la pérdida, queda la alegría del tiempo compartido y la gratitud por todo lo enseñado. Como olvidar su sonrisa sincera, a veces su respuesta irónica que nos hacía reír y su rectitud para defender lo justo. Sin lugar a dudas, un ejemplo a seguir, más allá del conocimiento de electrolitos o de fisiología renal, sino que por sobre todo de sabiduría y prudencia para todos los que tuvimos la oportunidad de conocerlo. Sólo me queda reiterar mi agradecimiento al “Doctorcito Álvarez" de parte de todas aquellas generaciones de médicos que tuvimos la fortuna de aprender de él”. (Dr. Felipe Falcón B., becado Pediatría)

“Un gran Maestro. Más que medicina nos enseñó la verdadera importancia de la vida. Cómo olvidar su amabilidad, su preocupación y sabiduría. Si tuviéramos que quedarnos con una sola cosa de él, algo que nunca podremos olvidar, es su sonrisa cálida y sincera. Siempre estará en nuestra memoria y parte de él seguirá viviendo entre nosotros, como ejemplo de buen médico, de buen maestro, de buen ser humano. Dejó una huella imborrable en cada uno de nosotros. Su ejemplo nos estimula a seguir trabajando día a día a por lo que nos gusta, a querer ser mejores nefrólogos y por sobretodo, mejores personas". (Dres. Ximena Ledezma, Gonzalo Mayorga, Mª Luisa Ceballos, en nombre de becados y post becados de Nefrología Pediátrica, Hospital Luis Calvo Mackenna)

"Tuve la suerte de conocer al Dr. Enrique Alvarez Lira en el periodo inicial de mi formación como pediatra. Si bien compartimos la pasión por la fisiología renal y los electrólitos, la cual nunca se extinguió, queda una tremenda huella de afecto y apoyo en la construcción y formación como ser humano. Paciencia, respeto, humildad. Un Maestro en el aula, un padre en mi vida". (Dr. Jean Grandy H. nefrólogo infantil)

Maestro... aún escucho su voz, aún recuerdo sus palabras, aún siento su apoyo, aún admiro su grandeza... A usted Maestro... Quien escuchó sin juicios, Quien inspiró a no rendirse, Quien dio la mano en las caídas, Quien motivó en posibles los imposibles, Quien vistió de humildad su grandeza... Quien caminó en pasos de gratitud... Quien río a carcajadas en dificultades... Quien enseñó a sentir con la mirada y a mirar con el corazón... Quien sigue ahí... dando señales y mostrando el camino... De discípulo a maestro... gracias por habernos dado todo eso y más que eso... Pero por sobretodo, gracias a la vida por habernos permitido el valioso y eterno regalo de su presencia... y ahora pese a su ausencia sigue en nosotros su esencia... Un abrazo a la distancia. (Dra. Niscka Babaic, pediatra)

Nos quedamos con los mejores recuerdos e intentaremos continuar su hermoso ejercicio de la medicina como arte y ciencia. Infinitas Gracias Doctor Álvarez.

El servicio de Pediatría con todo su personal y becados, la Unidad de Tratamiento Intensivo Pediátrico, el Hospital Clínico San Borja Arriarán y los becados del hospital Luis Calvo Mackenna están de profundo duelo. Sin embargo el mensaje y la mirada de Enrique era muy clara: Debemos seguir trabajando y protegiendo la salud del niño, tal como él nos lo enseñó.

Dr. Francisco Barrera Q., pediatra HCSBA
Dra. Daniela Ugarte C., post becada de Pediatría HCSBA
Servicio de Pediatría, Hospital Clínico San Borja Arriarán

Stgo. 15 de agosto 2018

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